RINCONES DE PALMA (III)

 

CARPA EN EL PASEO SOBRE LA MURALLA  |  1991

La arquitectura nos regala la recreación de lo antiguo, del tiempo pasado. Nos traslada a una época mientras contemplamos la huella del tiempo en la materia de los monumentos que antaño se erigieron. El dilema eterno, la difícil tarea de la arquitectura contemporánea reside en lidiar con este peso que suscita miedo, cautela, pero también atrevimiento y, por lo tanto, controversia.

En un rincón surcado en la muralla renacentista de Palma, bajo los gruesos muros de la Catedral, Elías Torres y José Antonio Martínez Lapeña realizan una intervención para acondicionar ese espacio residual del Paseo sobre la Muralla. Una carpa tejida mediante fragmentos romboidales que, a pesar de su evidente contemporaneidad, no busca eclipsar el carácter del entramado histórico. El espacio, con un simple gesto, se transforma para dar paso a un juego de luces y sombras, un lugar con un nuevo carácter donde la mínima arquitectura armoniza con lo antiguo, tendiendo un fino hilo entre lo histórico y lo moderno.

Tras esta contemporaneidad material, se elude al trazo zigzagueante de los baluartes y la muralla. El quebradizo trazo de luz que atraviesa la carpa de tela, así como las piezas de hormigón coloreado de líneas oblicuas que ensambladas componen el pavimento, nos permite de algún modo entender la sutileza de la intervención, el guiño al lugar, el entendimiento de intervenir en el patrimonio sin renunciar al lenguaje contemporáneo. Eso sí, no pensemos que hay reglas escritas, como bien defendía Ambrogio Annoni en su teoría del “Caso por caso”.

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